miércoles, 8 de junio de 2016

SERTRI 2016. TRIATLON CARTAGENA. TRIATLON DE LA MUJER.

Hay cosas que están antes que nada, esta crónica debe comenzar, sin duda, con el ánimo y apoyo a nuestro compañero Manuel Gambin.


Con todo nuestro cariño para ti y tu padre.


Año 2016. Una nueva edición del sertri llega a Cartagena. Casi sin quererlo y sin darnos cuenta vivimos uno nuevo.
 Es el triatlon en el que comencé con esta nueva faceta deportiva y en la que encontré el terreno perfecto para disfrutar de los tres deportes principales que me hacen vivir practicando cada día lo que de pequeño me fascinara.

Siempre he vivido admirando los valores que rescatára  el Barón de Coubertain cuando reinstauró los juegos Olímpicos.

En el sertri vives de forma apasionada y trepidante todas las categorías que se citan.
Cuando compiten los más pequeños, simplemente alucinas con la habilidad innata que exhiben en cada una de ellas manejándose como profesionales.


El hijo de nuestro compañero Pedro Riquelme que incluso se permitió podio, Mario Riquelme, tercero.
Chyntia, hija de nuestro compañero José Callado quedó cuarta demostrando los genes que atesora.
Ambos haciendo duatlon pues aún son pequeños para nadar en el mar.
Pablo collado se estrenó en un triatlon, hijo de nuestro compañero Asensio, el ha prometido repetir pues la sensación de correr una prueba así le encantó. 

Mar Yepes se estrenó en esta modalidad deportiva, disfrutando además de un publi-reportaje.


Empezabamos los primeros dejando el material bien temprano, sin mucho retraso y al menos a mi me lo pareció sin largas colas en la entrada a boxes.


El nepreno al final fue opción con lo que muchos de nosotros que pensábamos que no se usaría no pudimos aprovechar esos, casi dos minutos que te resta en el agua.
Ni falta que hizo, salimos del agua muy bien posicionados.
Nieto, de los primeros en salir del agua, Callado, Gambin, Oscar , Romero, Escusa, Ruben Dolera,Genu, Santos, Nono,Dani Celdran y Ruben M Soriano.



Escusa se permitía el lujo de hacer la transición sonriendo, motivo de instantánea y envidia sana de una amiga.
Que le diría al oído Carlos Romero ....
La transición rápida y cómoda , al no tener neopreno compensábamos algo lo que se pierde en ella. 
Nota a tener en cuenta: Aprender a montar con la zapatilla enganchada. Practicar bajarme....
Tratando de aprovechar la buena salida del gua, salía como un cohete con la bici. La sensación de salir del box con bicis en él , se repetía en este triatlon. Parece que puede ser costumbre. Nunca antes habia podido integrarme en un grupo tan numeroso.
Al poco de salir y enfilando aún las primeras rectas me alcanzaban muchos de los compañeros para junto a ellos formar parte de un gran grupo. 
Unos 50-60 ciclistas rodando a una gran media.
Los detalles de porque siento orgullo de decir que soy mandarache.
Carlos al pasarme me grita... " coge mi rueda".
Sorprendido veo que lo consigo, acompañado de Genu y el resto. En este grupo iban también Escusa, pegado a Carlos.
Creo recordar también a Gambin y a Ruben Dolera .
Protagonistas de otro detalle.
Un grupo tan grande tiene vida propia, se contonea y retuerce con cada curva, con cada giro, con cada bache. La velocidad hace que sea impresionante.
El no tener que romper el aire añade comodidad, también tensión en el pedaleo.
No hay tiempo para relajarse ni están permitidos los despistes. Un corredor empujado por la masa de participantes del pelotón se vio obligado a subirse a la acera de un salto. Destreza que le libro de una caída irremediable. Todos respiramos aliviados pues muchos lo vimos besando el asfalto.
Un pequeño grupo de féminas "flirteaba" con el pelotón. En los llanos eran grandes corredoras y se escapaban pero en la subida volvían a integrarse, sin pretenderlo con el pelotón. Una de ellas protestaba casi continuamente, siendo recriminada por varios ciclistas masculinos. " No podemos desaparecer!!!" Le decían.
Tratábamos de hacerles hueco como podíamos, esto para mi desgracia ( dicho sin dramatismos) provocó que en el último paso por el pivote de la cortina quedar descolgado.
Genu y yo formamos tanden y no tardaron en unirse algunos corredores más. Apretando los dientes tratamos de controlar la distancia que el pelotón nos sacaba. En la recta de llegada veía el porqué de la necesidad de practicar el descalzarme. Distanciandome un poco de Genu.
Aquí tuvo lugar otro de los detalles a los que hago referencia, otro más de los valores que promueve el deporte. A Gambin dispuesto a beber un poco de agua, agarra el bidón y al tratar de acercarse lo a los labios, este cae.
Ruben Dolera ni corto ni perezoso se acerca a el para darle de su bidón. Oro negro, si tenemos en cuenta la alta temperatura que hacia en ese momento y el sol apretando. Crucial sin duda una buena hidratación  
Crucial su aporte de lealtad y compañerismo.
Grande Ruben.
Al fin todos dejamos la bici, con más o menos éxito y salimos disparados para afrontar los últimos kilómetros de la prueba, estos ya a pie.
Nuestra carrera pasaba por los héroes de Cavite y por detrás del Museo sube por la cuesta de capitanía. En esta primera vuelta las piernas van "duras" de la bici y se arranca sobremanera 
Las vistas del recorrido son increíbles. La panorámica espectacular. Sin duda el puerto, mi puerto es una de las vistas monumentales más hermosas de Cartagena. Ya antaño maravillo a Cervantes , ahora sin duda haría sus delicias.
Atravesar las murallas de la ciudad y saltar a la batalla, a pesar de la cuesta que debíamos subir, consigue elevar el espíritu. En la segunda vuelta alcanzaba,  poco a poco, a los compañeros. Casi apunto de alcanzar a Ruben, lo hago antes, a José Carlos Conesa , espero que futuro compañero y decidimos entrar juntos en meta. Dos ironman. El instante es sin duda especial.
Un triatlon este en el que muchos deciden empezar su andadura, yo lo hice por primera vez aquí. 
Mar también se ha lanzado a probar las mieles de dicha aventura.
Un triatlon en el que se afrontan muchos miedos, nadar en las aguas del puerto no es nada fácil.
A la dificultad de nadar en grupo se une la oscuridad de sus aguas.
La bicicleta, por primera vez usaba la de carretera, tampoco es fácil.
Es muy diferente llevar una de montaña y subir a una de carretera, cambia todo.
Posición, velocidad, equilibrio... etc
Y finalmente la carrera se hacía complicada por la temperatura que se alcanza pasada la una de la tarde.
Una gran carrera en la que el décimo puesto fue un justo puesto.